Blockchain es, en términos simples, un libro de registro digital, compartido e inmutable. Cada evento
(por ejemplo cosecha, embalaje o carga de contenedor) se registra como un “bloque” que se enlaza con el anterior,
quedando protegido criptográficamente. Si alguien intenta modificar un dato a mitad de la cadena, el resto de los
nodos detecta el cambio, lo que hace que la manipulación sea extremadamente difícil.
En la cadena agroexportadora esto permite que campo, packing, naviera, exportadora e importador trabajen
sobre la misma versión de la verdad: qué lote es, cómo fue manejado, en qué condiciones de frío viajó y qué calidad
se recibió. Combinado con IA de visión y sensores, blockchain agrega una capa de confianza y prueba documental que
respalda la fruta chilena frente a compradores cada vez más exigentes.